Llevaba ya algún tiempo queriendo visitar la bodega de Carmelo Rodero, cuyos vinos me sorprendieron hace ya muchos años, pero no ha sido hasta hace unos días, cuando acompañado de mi buen amigo Iñigo, autor de las fotos que acompañan este comentario, hemos podido acercarnos a Pedrosa de Duero para visitarla.
Nada más llegar tuvimos ocasión de saludar a Carmelo Rodero y a su hija Beatriz, corazón, del vino que elaboran, que es el reflejo del trabajo y el cariño que ponen en el.
La Bodega de Carmelo Rodero surge en el año 1991, embotellando esos primeros años bajo los nombres de Ribeño, Val Ribeño, y Rodeña, pero es en el año 1995 cuando se empieza a embotellar bajo el nombre del propio Carmelo Rodero y bajo cuya denominación alcanza un merecido éxito.
Cuenta la bodega con una sala de barricas, donde predominan las barricas de roble francés, que parecen haber ganado la mano al roble americano.
Actualmente se está acometiendo una ambiciosa ampliación que acogerá una sala de catas, de exposición de vinos, una zona administrativa y salones con diferentes usos, así como una zona restaurante. Estaré encantado de poder repetir la visita para conocer de primera mano el resultado de la ampliación.
Ahora bien, lo más importante de una bodega no es su belleza arquitectónica sino la calidad del vino que es capaz de crear y aquí sin duda podemos decir que estamos ante una gran bodega. Conjugar una buena materia prima con un buen trabajo en bodega da como resultado estos seis vinos; Pago de Valtarreña, TSM, Reserva, Crianza, Joven Roble (9 meses) y Joven. Es reseñable que aunque en pequeñas proporciones, y al igual que otras bodegas de la Ribera, ya hace un tiempo se trabaja combinando el tempranillo, bandera de la denominación, con el cabernet sauvignon, sobre todo en los vinos con una mayor crianza en barrica como es el caso de TSM, del Reserva y del Crianza.
Durante la visita pudimos degustar el Crianza 2009, recientemente salido al mercado, buque insignia de la casa que supone un tercio de la producción y el Pago de Valtarreña 2005, un tempranillo 100% con 24 meses de barrica (francesa), un vino excelente, inusual, no se asemejaba a ningún otro que hubiéramos probado, con un color cereza brillante a la vista, en nariz predomina el cuero y los toques torrefactos, nos invade un leve recuerdo a higo seco. En boca es un vino largo, muy persistente, con unos taninos suaves, dotado en general de un gran equilibrio.
Este Pago de Valtarreña 2005 es un vino avalado por diferentes premios como la Medalla de Oro en el CONCOURS MONDIAL BRUXELLES 2011, la Medalla de Oro en el CONCURSO INTERNACIONAL MUNDUS VINI 2011 y Tempranillo de Plata en el Concurso Itinerante Internacional de Vinos TEMPRANILLOS AL MUNDO celebrado en Nueva York el año 2011. Un vino sin lugar a dudas extraordinario, el cual os invito desde aquí a probarlo, cuya producción no excede de las 10.000 botellas.
No puedo acabar sin agradecer desde aquí a Sergio Gil, guía de la bodega, la amabilidad que tuvo con nosotros, así como su diligencia en contestar cualquier pregunta o duda que le planteamos.
Y no dejéis de probar algún vino de Carmelo Rodero, es una elección segura.