Pinau des Charentes |
Este verano junto con unos buenos amigos
nos hemos ido de viaje a Francia, a la región del Charente Marítimo, algo
que llevábamos tiempo planeando y para ello como base de operaciones elegimos
un pequeño, pero encantador pueblo en el corazón del país del Cognac y
del Pinau des Charentes, Neuvicq le Château. Nos hospedamos en
una casa rural, Les Valérianes, cuyos propietarios Bernard y Genevieve
nos dispensaron un trato amable y campechano. La casa dispone de una estupenda
piscina, que cuando, como fue nuestro caso, se va con niños se agradece. El
pueblo dispone de una boulangerie donde podréis comprar croissants de los que
no se puede prescindir en el desayuno. Para compras mayores hay una localidad, Roulliac,
que dista unos 9,5 km que cuenta con un super U. En Roulliac no dejéis
de acercaros a la Boucherie-Charcuterie de Elodie y Jérôme,
donde encontrareis exquisitos patés y salchichas de fabricación artesanal, de
los que dimos buena cuenta en las sobremesas acompañándolos como no podía ser
de otra forma de algún vino de la zona o de una copita de Pinau des
Charentes.
Castillo de Neuvicq le Château |
A 20,9 km se encuentra Cognac
donde podréis visitar las afamadas bodegas de Hennessy, Rémy
Martin o Martell, entre otras, aunque
dicho sea de paso, no sé si por el día escogido o por las horas a las que nos
acercamos, encontramos una ciudad desierta y más bien poco acogedora.
No así Jarnac a tan sólo 14,5 km,
ciudad natal del expresidente de Francia François Mitterrand, donde se ubica la
afamada bodega de cognac, Courvoisier, a orillas de la
Charente, cuyo entorno es de gran belleza.
Bodega Courvoisier a orillas de la Charente |
Os aconsejo salir a buscar pequeñas
bodegas donde el trato que os dispensarán será extraordinario y donde tendréis
ocasión de probar el Cognac y el Pinau, con el que cuenten,
pudiendo adquirirlo a un precio más asequible que en las bodegas más conocidas.
Tened en cuenta que muchas de estas bodegas pequeñas son partner de las más
grandes, así que no desmerece en nada la calidad del producto.
Cognac |
En las grandes bodegas tendréis un
precio por visita dependiendo luego de aquello que queráis degustar, precio que
no será económico y en cuanto a la compra habrá para todos los gustos y
bolsillos. Nosotros visitamos varias bodegas pequeñas, como la de Marcel
Gaillard & fils en Sant Genis d`Hiersac, bodega familiar donde amablemente
nos enseñaron las pequeñas instalaciones de elaboración y guarda, y por
supuesto probamos generosamente los distintos tipos de cognac y pinau
que elaboran.
El Pinau des Charentes, el cual, cuenta la leyenda que nació cuando un vinatero volcó, por descuido, mosto de uva en una barrica que contenía Cognac. Se elabora de dos tipos, rosado y blanco con unas graduaciones que oscilan entre los 16 y 22 grados usando en su elaboración las variedades de ugni blanc, folle Blanche, colombard, sémillon, sauvignon, montils,
meslier Saint-François, jurançon blanc, merlot blanc, merlot noir,
cabernet sauvignon y cabernet franc, en el blanco y cabernet sauvignon, cabernet franc, malbec y merlot noir. En nariz la variedad de aromas es enorme, encontrado desde el melocotón hasta la vainilla pasando por el membrillo, la almendra, la miel etc.., dependiendo del Pinau y del envejecimiento, el cual puede alcanzar los 10 años. Indudablemente acompaña a las mil maravillas los pates, los quesos y por supuesto los postres.
En lo que al Cognac se refiere las variedades utilizadas para su elaboración son Ugni Blanc y la Saint Emilion(variación de la Ugni Blanc) principalmente, y junto a estas encontramos también la Colombard, Folle Blanche y la Blanc Ramé. En cuanto a las distintas menciones del Cognac, podemos mencionar principalemente el VS (30 meses desde vendimia o 24 en barrica), VSOP, y XO.
Vino de Liborau |
En lo que a bodegas de vino se refiere,
únicamente nos acercamos a una en Sieq, Bodegas Liboreau, donde
degustamos más que ampliamente la gran variedad de caldos con que contaban,
donde destacaba un sauvignon, medalla de bronce en París 2014, del cual
publicaré un comentario en breve y un pinot noir. Os ofrecerán, como no,
el cognac y pinau con el que cuenten y de los que alguno cargó
abundantemente.
También nos acercamos a Le Puy Du Fou,
un parque donde Los pequeños y también los mayores disfrutamos como enanos
y donde el día se pasa volando. Es un parque poco conocido en España
pero altamente recomendable (Si pincháis sobre el nombre del parque podréis
echar un vistazo a la página), disfrutareis de espectáculos durante todo el
día, todos muy recomendables
Le Puy Du Fou |
No se puede dejar de visitar la ciudad
de la La Rochelle, una ciudad tranquila, de las que se puede pasear sin
prisas, disfrutando de sus calles, que nos conducen al puerto donde podemos
visitar la torre de San Nicolás y la torre de la Cadena, que al
igual que dos gigantes montan guardia a la entrada del puerto y como no, la
torre de la Linterna, que realizó la función de torre-faro. Para comer
nada mejor que en una terraza de las que se encuentran en un lateral del puerto
que cuentan con menús muy asequibles y de buena calidad, donde disfrutamos de
un merecido descanso, antes de continuar con nuestra visita.
Saintes es otra localidad a
la que acercarse, a orillas del Charente, río que parece mecernos sobre el país
del cognac, y a cuyas orillas vamos
descubriendo auténticos tesoros, en cuyos márgenes encontramos el Arco Germánico
(dedicado a Germánico, hijo
adoptivo de Tiberio, a su hermano Druso y al propio Tiberio).
Arco Germánico |
Fue Saintes punto obligado del Camino de Santiago, donde los
peregrinos encontraban refugio en lugares como la iglesia de San Eutropio
del siglo XI, cuya cripta alberga los restos del Santo, de lo mejor del
conjunto. A San Eutropio llegamos tras visitar el anfiteatro romano,
testigo mudo, junto al arco germánico, del paso del tiempo, tiempo en el que Saintes
era Mediolanum Santonum, y los que abarrotaban las gradas eran
galo-romanos ávidos de sangre.
Anfiteatro Romano en Saintes |
Ciertamente es Saintes una ciudad a la que dedicar tiempo pues lo necesitaremos
para abarcar parte de su patrimonio, ya que sería imperdonable no acercarse a
la catedral de San Pedro, y a la Abbaye-aux-Dames (Abadía de las
Damas), cuyo pórtico esculpido es de gran belleza.
San Pedro |
Aunque brevemente, no puedo dejar de
mencionar la visita al Castillo de la Roche Courbon, donde pasamos la
mañana, con sus maravillosos jardines y las cuevas prehistóricas.
Y aquí lo dejo, porque, aunque en el
viaje hubo más visitas, más rincones, más ciudades, más tesoros, creo que es
bueno guardarse algunos rincones para uno mismo y dejar algo para la sorpresa
del futuro viajero que sin duda descubrirá otros tesoros.
En el viaje, es recomendable, como es
lógico, el francés, del que por cierto no acierto a pronunciar bien más de dos
frases, para lo que fue imprescindible el buen hacer de mi amigo Íñigo, al
que tengo que mostrar mi agradecimiento por su paciencia con mis infructuosos
intentos de hacerme entender, y su buen hacer, que nos facilitó enormemente nuestra
estancia.
Aquel que quiera compartir algún rincón
más del Charente-Marítime, que lo haga, bien hablándonos de él o
enviando alguna foto que con gusto publicaré.
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